lunes, 25 de abril de 2011

LA ÚLTIMA NAO

Llevando a bordo al Rey Don Sebastián,
y alzando, como un nombre, en lo alto, el pendón
del Imperio,
se fue la última nave, desierta al sol aciago,
entre lloros de angustia, de presagio
y misterio.

Nunca volvió. ¿A qué no descubierta
isla abordó? ¿De aquella suerte incierta
que tuvo, volverá?
Dios guarda cuerpo y formas del futuro,
pero es Su luz, un sueño breve, oscuro,
quien lo proyecta.

Ah, cuanto más le falta al pueblo el alma,
más esta mi alma atlántica se exalta
y se vuelca,
y en un mar sin espacio ni tiempo, en mi interior,
entre la niebla veo empañado tu rostro
que vuelve.

La hora no sé, pero sé que hay una hora,
aunque Dios la demore y aún el alma la llame
misterio.
Surges al sol en mí y la niebla se esfuma:
es la misma, y tú traes todavía el pendón
del Imperio.


FERNANDO PESSOA
traducido por Jesús Munárriz

De Mensagem (1934), el único libro que publicó en vida, y que pronto quedó a la sombra de sus deslumbrantes obras póstumas, al publicarse.

Edición española: Mensaje, en Hiperión. Introducción de Eduardo Lourenço. Traducción de Jesús Munárriz. Edición bilingüe.

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