martes, 12 de abril de 2011

ELLOS

Ellos se aman de tal manera que por este odio
capturan del aire las panteras de sus momentos
y en secreto las alimentan contra sí mismos
fingiendo un temblor para cazar mariposas.

Ella le dice a él: creo en ti como
en un buque de alta mar. Y corriendo por la pradera
se tiente tan segura como el plusquamperfectum,
el tiempo más seguro.
Él mira a través de los ojos de ella los cuales aumentan
los lados malos y buenos de este mundo
a igual distancia de sus esbeltas piernas.

Ellos se aman de tal manera que por este odio
besan las líneas papilares de sus dedos
y hacen las maletas. En jaulas encierran
la memoria. Y echan la llave a una gota
de lluvia. Se oye un ruido en el fondo.
Y por este odio
se aman tanto que se entregan mutuamente
un ramo de tomillo como a la hora de la merienda,
como si de forma totalmente inesperada
les hubiera invitado el rey Popiel y en silencio loco
les hubiese ofrecido en fuentes todos aquellos ratones
que a él lo devoraron.

Puntualmente retrasados. Él y ella. Saben
que no viven en la época de Sebastian Bach.
Seguramente el ojo saltón de un pez les envidia
porque todo lo ven haciendo un guiño.



Ewa Lipska (Cracovia, 1945)
Traducida por Fernando Presa González

Del poemario Fresas blancas (edición bilingüe, Huerga y Fierro, 2007)

Nota crítica: me permito hace algunos cambios por motivos estéticos y gramaticales e interpretativos. A-Presa González pone mayúscula en Creo, del verso 6. Yo no quiero poner mayúscula después de punto. Lo siento. Lo he visto en otros poemas y no me gusta. B-Después de la palabra plusquamperfectum (verso 7) no pone coma. Yo sí. Por pura lógica sintáctica. Si fuera un poema íntegramente escrito sin puntuación visible, perfecto. Pero no es el caso. C-Lo mismo ocurre después de la palabra merienda (verso 19). Él no pone coma. Yo sí.

D-Presa González escribe Sebastián Bach. Yo prefiero escribir Sebastian Bach. Traducir el nombre suena a tiempos franquistas (y no vean connotaciones izquierdistas, pues yo no soy ningún revolucionario), pero es que me recuerda a libros de Historia editados en España antes de que el generalísimo la cascara, y antes de resucitar en ciertos medios de comunicación, donde se dice Federico Nietzsche, Carlos Marx o Guillermo Shakespeare, y me da un poco de asco, sinceramente. ¡Los nombres no se deben traducir! Luego yo digo Sebastian Bach. Lo mismo ha pasado con la música. He visto vinilos de Led Zeppelin, de Joan Baez y de Bob Dylan con los títulos de las canciones traducidos. Patético.

En todo caso, Fernando Presa González me parece un gran traductor (y el polaco es chungo, luego tiene su mérito, oiga). Le mando un saludo simbólico (porque nunca conocerá este blog), por el buen rato que me ha hecho pasar con la lectura. Grandes poemas que ha escrito, digo traducido…

Hasta dentro de unas horas, lectores del Insecto.

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